viernes, 9 de agosto de 2013

Funciones ejecutivas

El estudio de la conducta humana, razón de ser de la Psicología, siempre ha tenido importantes dificultades para su realización. Ante la necesidad de analizar la mente humana, el psicólogo realiza una serie de conceptualizaciones (organización lógica y cognitiva basada en el conocimiento personal del problema a estudiar y, por tanto, subjetivo en algún grado) sobre las características cognitivas que observa en los seres humanos, a las que se denominan constructos. Los conceptos científicos como estrés, depresión y demás procesos cognitivos (inteligencia, frustración, inconsciente, emociones, actitudes, ego, fobias, ansiedad, motivación, aprendizaje, etc.) no tienen una existencia concreta similar a las entidades físicas que se prestan a la observación sensible. Son conceptos que sobrepasan la observación empírica y muchas veces expresan supuestos teóricos. A tales conceptos se les llama actualmente “constructos o conceptos no observacionales” para diferenciarlos de los observacionales (Bunge, 1973). Los constructos no tienen referentes empíricos inmediatos Nadie ha visto ni ha tocado la inteligencia de alguien pero sí la puede inferir de la manera en que una persona es capaz de resolver ciertos problemas en relación con la manera en que otros los resuelven. Constituyen una herramienta fundamental en el estudio de la psicología humana.   
  
Sobre su origen hay divergencia teórica, pues mientras que para algunos autores tienen un origen claramente innato y para su manifestación conductual precisan de escasa interrelación con el medio ambiente (Psicología evolutiva), para otros su desarrollo e influencia en la conducta precisa de una importante interrelación con las características ambientales (Psicología cognitiva: procesamiento de la información), como puede apreciarse existen diferencias académicas no resueltas actualmente.

Dentro de las diversas capacidades cognitivas que conocemos en los seres humanos destaca, por su relativa actualidad e importancia en la conducta humana, las funciones ejecutivasCasi nadie duda de su existencia, así como de que están muy relacionadas con el lóbulo prefrontalhumano, actuando en todo tipo de cambios tecnológicos, sociales y simbólicos, pues son imprescindibles para su realización. Sin un plan organizativo y ejecutivo es imposible construir herramientas, crear nuevos útiles, organizar las redes sociales y estructurar el complejo simbolismo de una sociedad. Por métodos indirectos (lesiones, cirugía, estimulación directa, etc.) se ha podido asociar a los constructos que componen las funciones ejecutivas con las áreas de asociación terciaria del LPF se han relacionado con importantes capacidades cognitivas muy relacionadas con la conducta humana.

¿Qué son la funciones ejecutivas?

Las funciones ejecutivas (FE) serían el conjunto de habilidades cognitivas de superior organización e integración que, partiendo de ciertas capacidades cognitivas elementales, permite la maximización de la eficacia conductual en un momento determinado, es decir, de transformar el pensamiento en acción y de efectuar su control (Allegri y Harris, 2001; Barkley, 2001; Coolidge y Wynn, 2001; Estévez-González, et al. 2000; Fuster, 2002; Jódar Vicente, 2004; Kane y Engle, 2002; León-Carrión y Barroso, 1997). Las capacidades cognitivas elementales sobre las que se basa son las siguientes (Rabbit, 1997; Roberts et al. 1998; Stuss y Knight, 2002):

- Planificación. Organización de la acción para lograr una meta elegida. Establece un plan estratégicamente organizado de secuencias de acción (motoras o cognitivas).
- Flexibilidad. Capacidad de elección entre distintas formas de actuación, cuando es necesario cambiar la acción ante cambios de situación o de tarea.
- Memoria de trabajo u operativa. Permite mantener activada una cantidad limitada de información, la cual es necesaria para el buen desarrollo de la acción en ese momento.
- Monitorización. Realiza la supervisión necesaria para la ejecución adecuada y eficaz de los procedimientos en curso.
- Inhibición. Produce la interrupción de una determinada respuesta que generalmente ha sido automatizada.

La acción conjunta de todas ellas, más el resto de las capacidades cognitivas humanas, van a hacer posible la conducta humana moderna, caracterizada por una importante rapidez o flexibilidad en la adquisición y mejora de nuevas conductas, basándose en el dinamismo de las actividades de exploración y creatividad (iniciativa motora, curiosidad e imaginación). Igualmente, posibilita la capacidad de abstracción y simbolismo, elementos básicos para el desarrollo de un lenguaje simbólico, facilitando el control de la función motora del lenguaje voluntario (área de Broca). También desarrolla y mantiene el comportamiento social y sexual, gracias al equilibrio emocional (relación LPF y sistema Límbico o cerebro emocional), autocrítica y control de la personalidad.

Por tanto, el LPF es donde se asienta la base neurológica del sistema ejecutivo o centro de integración de la actividad mental superior que controla y desarrolla conductas propias del ser humano, por medio de las funciones ejecutivas y de las demás capacidades cognitivas y emocionales que alberga. Así, su disminución funcional (lesión, cirugía, etc.) tendría un efecto directo y, hasta cierto límite, proporcional a la alteración de la conducta observada.

Su utilización, junto con la creatividad, motivación y capacidades cognitivas emergentes, desarrolladas gracias a la sociabilidad humana y al lenguaje creado, serían los responsables del desarrollo conductual y cultural del género Homo, visible desde su andadura en el Paleolítico.



* ALLEGRI, R. F. y HARRIS, P. (2001): La corteza prefrontal en los mecanismos atencionales y la memoria. Rev. Neurol. 32 (5): 449-453. 
* BARKLEY, R. A. (2001): The executive functions and self-regulation: an evolutionary neuropsychological perspective. Neoropsychol. Rev. 11: 1-29.
* BUNGE, M. (1973): La Ciencia, su método y filosofía. Siglo XX. Buenos Aires.
* COOLIDGE, F. L. y WYNN, T. (2001): Executive functions of the frontal lobes and the evolutionary ascendancy of Homo sapiens. Cambridge Archaeol. Journal 11: 255-260.
* ESTÉVEZ GONZÁLEZ, A.; GARCÍA SÁNCHEZ, C. y BARRAQUER BORDAS, LL. (2000): Los lóbulos frontales: el cerebro ejecutivo Rev. Neurol. 31 (6): 566.
* FUSTER, J. M. (2002): Frontal lobe and cognitive development. Journal Neurocytol. 31(3-5).
* JÓDAR, VICENTE, M. (2004): Funciones cognitivas del lóbulo frontal. Rev. Neurol. 39 (2): 178.
* KANE, M. J. y ENGLE R. W. (2002): The role of prefrontal cortex in working-memory capacity, executive attention, and general fluid intelligence: an individual-differences perspective. Psychonomic Bulletin and Review 9, 637-671.
* LEÓN-CARRIÓN, J. Y BARROSO, J. M. (1997): Neuropsicología del pensamiento: Control ejecutivo y lóbulo frontal. Kronos. Sevilla.

5 comentarios:

  1. Interesantísimo su artículo, para una lectora lega como yo, que sin embargo he escuchado y leído muchas veces que las personas con trastornos del espectro autista - síndrome de asperger tienen afectada la función ejecutiva (también dicen "inteligencia ejecutiva") y la coherencia central -atención al detalle antes que al conjunto, incapacidad de extrapolación o generalización- , así como la capacidad de abstracción, el juego simbólico, interpretación de metáforas, ironías y dobles sentidos, y, por supuesto, tienen alteradas las habilidades comunicativas funcionales y sociales.

    Dado que los TEA (trastornos del espectro autista) hasta el DSM IV se encuadraban en los TGD (trastornos graves/profundos del desarrollo neurológico), y los presentan un número importantísimo de la población, sin importar procedencia, región, ni cultura o clase social, y no necesariamente con retraso cognitivo, pienso que esa divergencia o camino alternativo del desarrollo neurológico-cognitivo sería muy útil para comprender la historia completa del HOMO.

    Un saludo,
    Paula Nogales Romero
    Escritora, madre de una persona con Asperger. Socia de ASPERCAN.
    http://aspercan-asociacion-asperger-canarias.blogspot.com.es/

    P.D. Enlazaré su artículo en mi blog, es muy explicativo.

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  2. http://aspercan-asociacion-asperger-canarias.blogspot.com.es/2013/08/psicobiologia-funciones-ejecutivas-por.html

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  3. Me alegra que le interese mi trabajo, y le agradezco la difusión que del mismo realiza por medio de su blog.
    Efectivamente, existe una gran diversidad en el desarrollo cognitivo entre nuestra especie, pues son múltiples los procesos cognitivos que se integran para realizar la conducta que nos caracteriza. Nuestro limitado conocimiento sobre la producción de tales procesos, tanto los considerados normales como alteradas, hace que aún se desconozcan la forma de producción de los mismos y así actuar lo mejor posible contra ellos. A lo largo de la evolución del género Homo se debieron de producir multitud de formas cognitivas diferentes, muchas de las cuales se catalogarían en la actualidad como alteradas, las cuales serían eliminadas por la selección natural si su conducta suponía una menor adaptabilidad que el resto de los demás elementos o grupos humanos.
    Sin embargo, el conocimiento de la conducta humana en el Paleolítico es muy limitado, pues solo se pueden realizar inferencias entre la conducta observada en los yacimientos arqueológicos y las posibles capacidades cognitivas que tuvieron sus creadores. Si añadimos que el resultado de la conducta depende del desarrollo cognitivo más que la potencialidad de sus capacidades cognitivas, la posibilidad de conocer posibles divergencias en estas capacidades, aunque intuimos su existencia, es prácticamente nula.
    Solo podemos realizar suposiciones basadas en datos arqueológicos muy difíciles de contrastar con la realidad. Un ejemplo podría ser la diferencia conductual y cognitivas de los Neandertales y Humanos anatómicamente modernos, los primeros desaparecieron y su comportamiento fue muy parecido al nuestro, pero no igual. En un artículo mío (2008) ya mencionaba ciertas diferencias de carácter social (emotividad, socialización y flexibilidad cognitiva) que se puede apreciar entre las dos poblaciones (HN y HAM), entre las cuales existe unos 500.000 años de evolución separada. ¿Fue el resultado de dos divergencias evolutivas separadas? Es posible, pero cómo podemos estudialas si no tenemos datos neurológicos de los neandertales.
    Aún así, sigo estudiando sobre el tema, que me parece primordial para conocer la realidad psicobiológica del género Homo.
    Un cordial saludo de:

    Ángel Rivera

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  4. No sé si sabrá, Dr. Rivera, que en algunas páginas de internet las personas adultas con Asperger reivindicando la validez de su neurodiversidad han llegado a identificarse con los neandertales (cuando, por otra parte, la palabra en sí, en lenguaje llano, suele emplearse como insulto, más bien: "¡eh, tú, pedazo de neandertal...!". En fin.). Yo no termino de entender bien el debate, donde hay emociones y sentimientos encontrados.

    Le dejo unos enlaces por si son de su interés, para su consideración:

    http://www.rdos.net/eng/asperger.htm

    http://investigacionaspie.blogspot.com.es/2010/09/la-teoria-neardenthal-del-autismo.html

    Y este artículo muy sensacionalista que expone la "tesis" que ha hecho suya el llamado "Orgullo Aspi" (Asperger's Pride, Autism Pride): http://www.huffingtonpost.com/garret-loporto/surprising-way-your-neand_b_568455.html

    Sé que usted es un CIENTÍFICO, y de antemano le pido disculpas por introducir elementos ajenos a la ciencia en este blog. la lectura del mismo (este artículo sobre funciones ejecutivas, el artículo sobre el Lóbulo Prefrontal...) me ayuda a entender mejor la conducta de personas con alteraciones del desarrollo neurológico.
    Gracias y un saludo cordial

    Paula Nogales
    ASOCIACIÓN ASPERCAN
    http://aspercan-asociacion-asperger-canarias.blogspot.com.es/
    @paula_canarias

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  5. El debate es que sabemos muy poco de nuestra realidad psicobiológica (en sus aspectos evolutivos, fisiológicos, genéticos y conductuales), aunque aparentemos tener mucho que decir. Con esta penuria de conocimiento se trabaja con los razonamientos más elementales, como puede ser establecer un prototipo de “normalidad”y todo lo que no se ajusta a este prototipo es considerado como “anormal”. La realidad es que tales conceptos son en realidad etiquetas estadísticas que conforman a unos y marginan al resto. Dentro de nuestra especie la variabilidad somática y cognitiva es la norma, y como tal hay que comprender la diversa conducta de los seres humanos.
    En esta variabilidad no creo que los neandertales tengan algo que ver, pues el material genético que compartimos es mínimo, y no parece que tengan relación con alteraciones o variabilidad de comportamiento. Lo cierto es que no se sabe nada de qué función pueden tener, si es que la tienen, pues mucho material genético es silente o muy poco significativo. Además, que la mayoría de la población africana no tengan ningún rastro de estos genes neandertales parece indicar su poca relevancia en el desarrollo psicobiológico humano.
    Muchas gracias por los enlaces sobre la relación de los neandertales con la neurodiversidad humana, con ellos me reafirmo en la necesidad de realizar estudios lo más interdisciplinares posibles. Solo con la compresión total de los problemas es como se podría comenzar a entender nuestra variable conducta y cognición.
    Un afectuoso saludo de
    Ángel Rivera

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